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Historia de amor 3.16



Historia de amor

Sussy (3.16)



16 - Rechazo


Precioso, así podría describir el vestido de novia de Nahuí. No había visto uno mejor que ese. ¡Qué vestido! Hermoso trabajo artesanal de bordado. ¡Qué lástima! Un desperdicio. Si esa prenda la hubiera usado mi amiga en una boda que realmente fuera de sus sueños, con el hombre de su vida, en el momento ideal, sería un día maravilloso. Pero no, esta era su sentencia de muerte.



- Necesito llamar a mi casa – le dije a Nahuí – ¿puedo usar tu teléfono?, me quedé sin saldo en el móvil.



- Toma el que está sobre el buró – me dijo.



Tomé la bocina del teléfono y antes de marcar el número logré escuchar que doña Cata hablaba con don Servando.



- Se acerca la fecha de la boda... me voy a sentir muy mal, viéndote casar con mi hija – musitó la señora.



- Entonces no nos casamos... yo no le amo, ni ella a mí – respondió el hombre.



- ¡No! ¿Cómo crees que puede pasar eso? Soy una mujer de palabra, le prometí a mi hija que se casaría contigo, no la puedo defraudar... además, las invitaciones ya se mandaron a cada una de nuestras amistades y familiares, el local ya se rentó, se compraron los ingredientes para el banquete, el personal de servicio está contratado… ¡No, cómo crees! Ya está todo listo. No te puedes echar para atrás, Servando.



- Cásate conmigo, Catalina, por favor… sé mi esposa.



- No puedo. Te amo, pero mi hija y su felicidad están por encima de todo.



- ¿Su felicidad? Ella no será feliz conmigo, ni yo con ella... ¿por qué me rechazas? Vamos a tener que jugar a la casita feliz. ¿Yo seré el esposo ideal y tú mi amante secreta?



- Esto no puede ser... estamos viejos para esto y...



- Ser viejo no es un impedimento... ¿estás dispuesta a ser mi esposa? Aún hay tiempo de corregir las cosas.



Colgué la bocina con cuidado. Me despedí de mi amiga argumentando que en mi casa no me contestaron y que estaba preocupada por mi madre. Buen pretexto para huir de esa historia de horror tipo telenovela de las 7:30. Besé la mejilla de Nahuí y le advertí que lo pensará muy bien.



Salí rápidamente sin rumbo fijo. Llegué al parque cercano a mi casa y, pensando que un momento a solas me caería muy bien, caminé hacía unas bancas para sentarme. Al llegar a una de ellas, vi a Helí que está sentado frente a las canchas de basquetbol. Él buscaba mi mirada y con una sonrisa tímida me saludó. Esto no puede estar peor, pensé. Sin sonreír, me acerqué y me senté junto a él.



- ¿Cómo está Nahuí? – preguntó.



- Deberías preguntárselo tú mismo – le dije.



- Estoy muy confundido, Sussy. Ya no sé lo que quiero. Por supuesto que quiero a Nahuí. Pero lo que siento por otro lado es muy fuerte.



- Helí, necesitas ayuda, tratamiento psicológico, alguien que te oriente, yo qué sé... no me asusto por lo que vi, ni por lo que tu corazón te dicta, pero debes decidirte por el camino correcto.



- ¿Y cuál es el camino correcto? ¿Nahuí?



- Eso solamente lo decides tú. Pero por favor, no hagas sufrir a esa linda chica que te ama. Piensa las cosas, Helí. Nada te cuesta ir a verla y decirle que ya no puedes estar con ella, que se terminó, pero también debes de impedir que se case con alguien que ella no quiere – le aconseje, levantándome de mi asiento.



– Me voy.



- Espera, Sussy. Necesito platicar con alguien, me estoy ahogando… - Antes de terminar su frase, una voz femenina interrumpió la charla.



- Puedes hablar conmigo de todo lo que quieras – dijo.



- ¡Anny! Qué sorpresa – dije con tono sarcástico. Y al voltear a ver a Helí, éste tenía cara de que no le agradó su presencia.



- Ya lo sabía. Si ella no te iba a hacer feliz. Siempre te lo dije, Helí – decía de manera teatral – Y yo tanto que te quiero. Hagamos borrón y cuenta nueva. Imaginemos que esto no sucedió. Ya verás, Helí, yo sí te haré feliz. ¿Qué te falta? Si está en mis manos, yo estoy dispuesta a todo por dártelo.



- No es eso, Anny, estás en una sintonía distinta – intervine – en otra dimensión.



- Oh, claro. Tú eres la confidente de esa y de seguro viniste a abogar por ella. Si yo lo sé, es una cobarde. Será mejor que no intervengas. Esto es entre él y yo – me respondió altanera.



- Ya basta – intervino Helí, molesto – esto tengo que solucionarlo yo. Ya tengo suficiente con un problema para tener otro. Por favor, ninguna de las dos opine. Necesito estar solo.



Helí se marchó muy molesto, dejándome con la loca Anny. Aunque ella le gritaba que no la dejara o se arrepentiría, él hizo caso omiso y no volteó siquiera, cruzó la calle hacia el malecón y se perdió entre la arena de la playa.



Anny se volvió un mar de lágrimas. No sabía qué hacer, si dejarla o irme sin decir nada. Voltee a todos lados y di un paso hacia atrás para retirarme, pero sus palabras me detuvieron.



- ¿Por qué me pasa esto a mí? Tengo todo lo que tiene una chica de mi edad. ¿No soy tan bonita acaso?



Traté de opinar, pero ella no me dejó hablar. Inició con su monólogo.



- Siempre me pasa lo mismo. Conozco al hombre de mi vida y resulta que me ve como su hermana menor o simplemente él está con una mujer que no lo valora. Sabes, por mucho tiempo me he sentido sola, pero eso no importa ya. Ahora que Helí y Nahuí no son novios, veré que puedo hacer... chance y hasta salga ganando. Estoy dispuesta a todo con tal de tenerlo conmigo.



- E-este, con permiso, me retiro – dije en voz baja.



- ¿Por qué volvió a rechazarme? – me preguntó, tomándome de las manos.



- Anny, lo sabes... Helí ama a Nahuí.



- ¡No lo creo!



- Yo lo sé, estaba confundido, pero él ya eligió. Ahora sabe lo que quiere...



- Pero estaba tan entusiasmada que...



- Que no te has dado cuenta que hay otros tantos chavos que posiblemente mueren por ti. Date chance, Anny. Conoce gente... hay un mundo allá afuera.



Y en eso, la jovencita delgada y bajita de estatura me abrazó con toda sus fuerzas y me agradeció por escucharla. Aunque noté en su semblante que no se rendirá tan fácilmente. Luego de un rato, la chavita se fue y yo seguí mi camino.



Yo no sabía por qué me tocaba vivir esas experiencias. Estaba en medio de un gigantesco huracán, causante de terribles efectos a todos los que me rodeaban. Parecía que yo era inmune y que tenía que reconfortar a todos después de quitar todos los escombros. Estaba pensando seriamente en estudiar psicología en el siguiente ciclo escolar.




(Continúa...)



© 2013 Yonshesko Blandela/ Franko Yoshua Pineda

(Historia original: Yonshesko Blandela. Basada en el cómic 'Historia de amor', realizado por Yonshesko Blandela en abril de 2000)
* La historia completa en De tus labios de fuego

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